Fiat voluntas tua



Cuando la Voluntad de Dios es también la voluntad mía, no tengo que abandonar nada porque Él está con todo y en todo.

Cuando actúo contrario a la Voluntad de Dios, lastimo mi cuerpo, torturo mi vida y enjaulo al pájaro de mi alma. Cuando estoy en perfecta esclavitud de las venenosas dudas, mi voluntad queda vacía de la Voluntad de Dios. Cuando soy absolutamente obediente al carácter ineludible de la Verdad, me convierto en la Voluntad inexorable de Dios. Cuando vivo en la fe, la Voluntad de Dios transforma mis sueños terrenales en Visiones celestiales. Cuando vivo una vida de orgullosa auto-aserción, la Voluntad de Dios me olvida, la tierra me odia y el Cielo me aparta.

Yo rodeo al Supremo con los brazos de mi completa impotencia. Él me rodea con los brazos de Su Protección que todo lo ampara. Yo despilfarro Sus Bendiciones y Su Compasión. Él cultiva Su Esperanza en mí y alimenta Su Promesa para mí.

Mi voluntad es la apertura de mi corazón aspirante al Supremo. Medito, no porque quiera que sepa que medito en Él, sino porque quiero poder llegar a recibirle en medida infinita. Durante mi meditación, cuando nado en el mar del amor y la devoción, Él desciende hacia mí. Durante mi meditación, cuando el sol de sabiduría y paz amanece en mi interior, Él me eleva hacia Sí.

Yo rezo en silencio. Él escucha en secreto. La llama ascendente de mi corazón se eleva y alcanza el Trono de Su Compasión.

El Supremo jamás me pide que crea en Él antes de haberme dado evidencias, infinitamente más de las necesarias, sobre las que yo pueda fundar mi fe implícita. Si quiero dudar de Él, también me ha dado abundantes oportunidades para hacerlo. En verdad, aquí reside la magnanimidad de Su Luz de Compasión por mí.

Mi voluntad y la Voluntad de Dios. Cuando mi voluntad es aprobada por la Voluntad de Dios, mi corazón puro no tiene una constante dicha interna; pero cuando mi corazón obedece sin reservas y de todo corazón a la Voluntad de Dios, y yo la acepto como mi propia voluntad, la alegría infinita crece dentro de mi corazón y la alegría eterna fluye a través de mi corazón.

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La voluntad, de Dios se hace pantente en su perfeción cumplida a través de la paz de espiritu y del alma, ¿cómo reconocer la comunión entre la voluntad de Dios y la realización de esta en mi vida?... a través de lo anterior; si hay paz en el corazón, tranqulidad en el sentir, serenidad en el espíritu... cuando no existe temor, cuando se puede caminar con la frente en alto, mirando al Hermano y buscando a Dios...

El alejamiento de la divina voluntad trae como consecuencia el pecado, siendo el pacado la consecuencia de la ausencia del amor en nuestras vida, puesto que Dios es Amor...

el temor y la vergüenza son signos claro de lo que no es voluntad de Dios... " El Señor Dios, llamó al hombre y le dijo: ¿Dónde estás?, este contesto: Te he oído andar por el jardín y he tenido miedo, por que estoy desnudo, por eso me he escondido... (Gen. 3, 9-10).

El señor llama a estar junto a él, en su intimidad en, a vivir su comunión, su voluntad que es la nuestra, pero con fines mayores, más a causa del pecado, tanto nuestro como de otros, tememos y nos escondemos, pues nos sabemos desnudos de lo que es realmente importante, su amor... pero no es la ausencia de su amor lo que nos hace temer, escondernos, si no la ausencia de nuestro amor expresado por él y para él en el otro...

Escuchaba por tercera vez dos frases... Pataletas pre voluntad de Dios y pataletas post voluntad de Dios... pero qué y cuales son cada una de esas...

Las primeras, son la revelión frente a la invitación, lo entiendo, pero las segundas... si la voluntad de Dios está hecha... son signos de la operencia o de la no aceptación de estas, por tanto, luego de esto viene otra vez el temor la duda, la vergüenza y el escondimiento (que claro está, no es escondimiento en Dios, sino de Dios)...

Hoy siento paz, hoy siento en mi vida la semilla del amor, Sembrada por amor de Dios, por medio del hermano. puedo decir luego te todo esto solo lo que el salmista puede graficar con tanta claridad...

El señor es mi luz y mi salvación,

El señor es la defensa de mi vida,

Si el señor es mi luz y mi salvación

¿a quién temeré? ¿quién me hará temblar?

Una cosa pido al Señor, habitar por siempre en su casa

gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo santo.

No me escondas tu rostro Señor, buscaré todo el día tu rostro,

si mi padre y mi madre me abandonan, el Señor me recogerá.
Salmo 29

Para Tinoki, para ti pancito.

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Fiat voluntas tua

Hágase tu voluntad

pues ésa
ha de ser
la única
plegaria

si es que tu voluntad
es la felicidad

tu sueño
desde el principio

ser greda dócil
en manos
del amor
y de la vida

y apurar
la luz
de cada día
como un eterno AMEN!


El paso del tiempo

El paso del tiempo no sólo nos hace más viejos, sino que tamibién desnuda nuestras almas, haciéndolas en mucho vulnerables, en otras rigidas como pedernal y en las menos, que son las más dolorozas, en pobres y desconfiadas...
El paso del tiempo nos ayuda a cicartizar heridas, alcanzar sueños y comprender los sentimientos, no solo nuestros, sino también de cuantos nos rodean en este nunca cansable devenir de los días y sus noches...
El paso del tiempo nos hace perder la capacidad de soñar, de vivir y de amar, nos hace perder la inociencia de aquellos días en que una espada de madera y un escobillón modo de caballo era todo lo necesario para vencer los reinos y conquistar el futuro...
El paso del tiempo nos permite en espera atenta de las cosas que están por venir, nos habre verdaderamente los corazones y pureba al crisol de los silencios, el alma en la fidelidad concreta, en la confianza real y en la verdadera fortificación del Creer.
El paso del tiempo libera, pero también nos condena al desarrollo de nuestros actos, al compromiso de nuestras palabras y al hacer de nuestras verdades, aquellas que estas a medias, guardadas en medio del olvido, o esas que simplemente tergiversamos, un escudo que impide el paso real del sol de media tarde...
El paso del tiempo nos permite solidificar lo que somos y tenemos, cuando también nos insta arriesgar perderlo todo, nos permite callar o hablar, nos permite sufrir o gozar, llorar o reir... nos permite reconocer que nada hay de eterno, sino la eternidad misma, que no existe mas límite que el que nosotros mismos ponemos, que no existe mas tiempo que no sea nuestro, sino que existe una única oportunidad de vivir...
Hace un año, abierta la puerta entro por ella el soplo nuevo que cambió de una vez, y para siempre todo, hace un año la puerta se cerró, dejando tras de sí, solo un alma confusamente triste; no obstante hace mucho más, siendo aún niño, esa alma aprendió a amar, a amar sin el miramiento habitual de las gentes de este siglo... sin esperar, sin creer, sin pedir más allá de lo que solo podía entregar...
El paso del tiempo, es inexorable por nuestras vidas, por nuestra historia, por nuestros miedos y sueños...
El paso del tiempo es el signo más grande para saber que estamos vivos, que sentimos y existimos.
El paso del tiempo es la voz del Dios que nos llama a apresurar el paso hacia si, que nos impulsa en el amor sin condicionamiento, más allá de cuanto el siglo pueda murmurar, criticar y cuestiona
El paso del tiempo permite también, así como permite la relación con el Dios de la vida, una relación casí mas estrecha con el dios de la muerte, aquel que nos engaña cada día, para traicionarnos a nosotros mismos, a nuestra historia, a nuestros dones y a todo cuanto de noble y bueno hay...
El paso del tiempo, mordiéndo nuestros talones, nos presiona a mirar el camino que se nos adelanta, no insta a reconocer lo unico valioso que tenemos y a dejar aquello que perturba nuestros pasos...
El paso del tiempo nos permite en le rostro de quienes se nos presentan, amigos y los no tantos, nos da la gracia de ir reconciliados con nosotros mismo, aún cuando algunos quieran hacernos perder el sentido...
El paso del tiempo me hará ser lo que soy, por sobre lo que quisieran algunos hacer de mí...

Lo que decidí...

La verdad es extraño, pero lo que nunca esperas pasa y pasa de la mano de quienes menos te lo esperas... son la 1:42 de la mañana y me encuentro dándo vueltas a un día que fue lleno de alegría y que ahora se me torna en tristeza... Que habrán pensado el día aquel en que Juan puso su cabeza en tu pecho?, que habrán dicho tus otros discípulos de tal gesto?... Ser con unos y dejar de ser con otros... No se que es, ni a dónde va todo, y creo que el discípulo aquel tampoco lo sabía, y claro, muchos nombres le han acompañado a lo largo de los siglos, muchos epítetos y por que no también, muchas intenciones no del todo sanas... ¿es que es tan díficil ver el amor tal y como es?; ¿es que es tam complicado para el mundo ver las expresiones que solo correspondena al gesto desinteresado de estar, del consolar, del dejar vivir?. Si expresas afectividad a una mujer eres un caliente, si lo haces a con un igual, pasas a ser un maricón... si no lo expresas eres un insensible y so lo haces sin distinción eres una persona indefinida... que por que lo haces con otros, que no lo haces con nosotras.
Hablar por boca de otros es tan fácil, poner sonidos en los labios callados y otorgarle a estos significados que son muchas veces irrisorios (aunque podrían en alguno de los casos sostener algo de realidad)... Una vez un amigo sacerdote me decía: si alguien te dice algo, e inicia con estas palabra "lo digo por que te quiero, pues eres tú quién me interesa", medita bien cuanto te haya de decir, que muchas veces el demonio se esconde tras palabras de fraternidad mal entendidas como aquellas.
Sí las personas conocieran la realidad de los hechos, antes de los juicios personales, sí para aclarar dichos juicios se puedieran aclarar también las circunstancias... No!, prefiero ser mal interpretado, que traicionar la confianza que en el tiempo otro deposita en el humbral de mi puerta...
Juan puso su cabeza en el pecho del Señor, y fue el mas fiel al amor del Maestro... hoy cuando somos los alter christus, no solo el pecho si no las manos, las caricias y los besos fraternos a quien busca sin encontrar... a que justificar algo frente a quienes te dicen conocer, si en ese conocer no encuentrar la verdad de lo que eres tú, además justificarte tu, para denunciar a quien en ti confió?; No!, prefiero ser enjuiciado, reñido y separado, ser fiel a quien es fiel, no sólo en el juicio, sino también en la sentencia...
La cosas hechas a la luz del Señor, no pueden ser sino, luz del corazón : " Sí el Señor, es mi luz, a quién temeré, quién me hará temblar?"...
Son ahora las dos de la mañana y no me queda más por escribir, sino que cuando nada es un cuento, es una realidad sin juegos, sin sombras sin esperanza y sin luz.
Hoy decido no esconder la vocación con el carísma que me dió el Señor, hoy en mi vocación cimento la entrega no solo real, sino también irrisoria de cuanto soy... he venido hasta estas líneas, para decir que: aquí estoy simplemente, para servir, enséñame a amar, como sólo tu puedes amar.

Unos amigos, muchas amistades... una carta para usted, El regalo que Dios me ha dado hoy!

Hoy me han regalado un tesoro... tengo un nuevo amigo.
José, que así se llama mi nuevo amigo, ha pasado directamente la prueba de la amistad sin necesidad de conocernos y, a sus 22 años, ha irrumpido en mi vida pidiendo simplemente permiso para compartir mi compañía.
Y es por él por quien puedo vislumbrar los dones que me ha dado Dios a través de otros que también han irrumpido, como viento fresco, en mi devenir de los días

La amistad es un valor indiscutible pero escaso, muy escaso.
Uno se pasa la vida conociendo gente, creyendo que algunos de esos conocidos van a ser amigos y al final nos damos cuenta de que no todos merecen esa credencial. El cedazo del tiempo y los acontecimientos, dejan en el fondo del garbillo pocas pepitas del oro de la amistad. Crecen las “amistades” pero no los amigos.
La fidelidad, la sintonía de ideas, la disposición incondicional, la aceptación de mutuos defectos, la sinceridad sin tapujos, la similitud en gustos y preferencias, el respeto a la diversidad, son ingredientes básicos para compartir el plato de la amistad necesariamente aderezado con lo más escaso: la lealtad..
En una de mis noches con paréntesis sin sueño, escuché en una emisora, que una señora adinerada había puesto en marcha un plan para poner a prueba a quienes, suponía, amigos de siempre. La estrategia consistía en simular apuros económicos para pedir a los supuestos amigos, todos bien situados, algunas monedas. Todos respondieron con largueza menos una amiga de la que se lamentaba la comunicante y a la que procedería a borrar de su lista para siempre..
Valorar la amistad por un préstamo es ignorar qué debemos esperar y pedir al amigo. Es triste que el hombre juzgue al prójimo por lo que tiene y no por lo que es; porque ¿acaso conocía la bromista las circunstancias reales (no aparentes) de la evasiva?. Respetar las decisiones del amigo es condición indispensable, aunque nos parezcan inadecuadas en el sofoco de una apresurada decepción.
Es curioso que el número de los que en su día pasaron de conocidos a amigos vaya descendiendo inadvertidamente, casi de puntillas, hasta el punto de que un día te das cuenta de que amigos, lo que se dice amigos, te quedan muy pocos; ¿ qué pasó?: simplemente que unos cumplieron su tiempo y desaparecieron y otros, la mayoría, pasaron a ser simples “amistades” pero no amigos. ¿Lejanía, tiempo?. Para mí que tienen mucho que ver las divergencias de perspectivas. El foco de las ideas cambia a medida que el tiempo transforma el escenario. Todos evolucionamos durante el paso por la vida: yo, también.
Sea cual fuere la causa, el resultado es que el oro de la amistad se ha oxidado.


Mi querido José: intuyo que tenemos mucho en común y que va a ser un bálsamo nuestra amistad porque estoy seguro de que vamos a compartir felices nuestras experiencias.
Nunca me ha gustado que a los que vivimos la amistad al alero del amor real se nos clasifique de una u otra forma; pero no me encaja que los humanos con los que convivimos, con la mejor intención, nos discriminen y nos guarden en el armario de los trastos inútiles, como fuera de juego cada vez que ya hemos sido útiles, y es que no se dan cuenta de que somos los mismos cada vez que se apresuran a nuestro encuentro cuadno la situación parece agobiante para estos. Si conservamos el don de la entrega incondicional, las ganas de vivir, de conocer, de disfrutar los avances momentos simples es para seguir enriqueciendo nuestra mente; si nos gusta, en una palabra, vivir nuestro tiempo ¿ por qué se nos considera fuera de su juego? Nuestra actitud mental nos da la ventaja de transmitir lo que sólo el tiempo produce: nuestra experiencia. Esa es nuestra ventaja, amigo José; gracias a la modernidad, que también es nuestra, y, utilizando esta herramienta, este invento, que a los dos nos fascina, seguiremos dando fruto como lo dan las encinas centenarias.
Nuestra historia será nuestra mesa y a ella invitaremos a cuantos quieran partir nuestro mismo pan. ¿ Que es difícil y mortificante? Lo sé y lo sufro. Pero supongo que para los dos, -y muchos más-, el vencer sus propias historias y que, a pesar de nuestra torpeza, se abra una ventana que nos permite ver el mundo, a través de la simpleza es sencillamente un milagro; y si, además, nos atrevemos a simplemente AMAR, estaremos demostrando al mundo que estamos vivos y que aún no todo está perdido.
No necesitamos viajar ni incordiar con nuestras limitaciones. El café esta siempre servido y la mesa esperando, y sabemos que ya no somos dos sino que acompaña nuestro común caminar eso otro, Francisco, causa de nuestra comunión.

Con mi promesa de ser amigo le envío mi más cordial abrazo:

Postdata: Digale a su los que están constantemente a su lado, que no se cansen de escucharle. Nadie le dará a beber un agua más limpia y más colmada de sabiduría, cariño y entrega fiel.
¡Ah! y, de paso, hágales saber que les envidio por disfrutar de su compañía.

Entrega

Si por amar quisiera ser amado,
carcelaría mi alma de penares,
que a alma sumida en el deseo
se vuelve amarga la esperanza.

Quién no quisiera,
por amor sentirse amado,
de amor así la espera,
que de espera pueda el corazón
ser lazerado.

Como un ladrón de media noche,
cae sobre mi tu llamado,
a servirme de lo bueno
y beber de lo amargo.

Como puedo, vida mía,
no sentirme abandonado
cuando del sendero yo me salgo
buscando lo que no he sembrado.

Cuando hube de despertar a la vida que me llamas,
hube de elegir una esperanza y una morada.
Elegí amar por amor de amores,
ya no hay nada, sino mi alma entregada.